El Régimen tiene sus exigencias en educación y pretende un adoctrinamiento que no siempre logra. Prueba con este adoctrinamiento que el fín de la enseñanza obligatoria no es la adquisición de conocimientos o la extensión de la afición a las actividades culturales, sino que es primordial ante todo reproducir los intereses del Sistema político y de la inevitable oligarquía que detenta, con mayor o menor encubrimiento, el poder. Por ejemplo, en el curriculum de la Comunidad de Madrid se define que entre las capacidades que adquiere el alumno está en primer lugar "ser un estudiante democrático" (art 5 del Decreto 67/2008).
Todos podemos imaginar que por estudiante democrático no se entiende uno que respete resultados electorales sino el que posea un conjunto de características ideológicas que van evolucionando según los dictados de la "corrección política". Supongo que si no adquieres esta característica y te declaras aristocratizante, antimoderno o anarquista no tienes los elementos para estudiar el ciclo de formación superior.
El resto de las cosas que se dicen no están mal, aunque insisten en el rollo del trabajo en equipo, que tanto daño esta haciendo a las actividades intelectuales, pero uno vive en su siglo y a lo más que puede aspirar es a una forma de exilio interior.
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