domingo, 8 de enero de 2017

Comancheria o Hell or High Water. Bancos o hipotecas.

La revuelta antifinanciera, con sus demagogias y sus aciertos, tiene en esta película una de sus mejores banderas. La codicia bancaria que lleva a quedarse ricas tierras, con petróleo, mediante una hipoteca trucada con la que se ha engañado a una anciana- como nos recuerda las preferentes- tiene la respuesta de dos hermanos atracadores y a la postre asesinos. Pero sobre toda la película planea la revuelta de los blancos pobres, generaciones de blancos pobres, que odian fundamentalmente a los bancos hipotecarios, los grandes malvados de la crisis que arrastramos desde hace diez años.
Por supuesto los buenos ya no son buenos, pero entre ellos y quienes deben atraparlos se entabla una relación peculiar pues hay un odio común que los une a todos:  el que tienen a los financieros que se quedan con las propiedades. Uno puede preguntarse a quien han votado,  no ya los atracadores o los rangers perseguidores , sino los paletos que oscilan entre negarse a dar cualquier dato a la policía- los ladrones los han vengado- o unirse armados a la persecución en el mas viejo estilo del Oeste. Hay quien dice que da ahí sale la fuerza que ha aupado a Trump. En todo caso la película sigue el camino marginal de quienes parecen haberse opuesto al  main stream y no construyen una respuesta socializante sino una acción desesperada, individual y salvaje. El ambiente retratado, donde el único que ha pedido trucha en el restaurante de un pueblo del oeste de Texas es "un idiota de Nueva York" no parece que sea el terreno abonado para una candidata apoyada por Wall Street.
Si de todas formas alguno quiere prescindir de tanta lectura financiera y ver un buen western , aquí tiene una magnifica oportunidad.

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