domingo, 14 de febrero de 2016

La lectura en Gómez Dávila.

En la página 58 y 59 de Villegas se encuentran estas dos Notas que evidentemente hay que leer seguidas, si no  es que constituyen una sola, la primera da la opinión común la segunda la de don Colacho :
La lectura; "opio del espíritu", pereza con disfraz de actividad, forma del miedo de si mismo y del mundo. El libro nos sería un sustituto, un sucedáneo; nos perderíamos en la lectura para que no nos encontrara la obligación de atender con una reacción nueva cada novedad de nuestra vida.
En verdad, lo que adormece las actividades del espíritu y lentamente lo induce a vivir como un autómata, lo que le hace perder el sabor y el sentido de la vida inmediata, lo que lo conduce a un vano palacio de conceptos vulgares y de costumbres tontas, es la vida de todos los días con sus quehaceres habituales, sus necesidades ordinarias, su actividad superficial, su intensidad ficticia.
Al contrario, lo que despierta al espíritu de ese sueño dogmático del vivir común, lo que lo arroja al mar ignoto de los pensamientos propios, de los sentimientos originales, es la lectura.
El contacto con otros espíritus, con su pensamiento extraño, duro y cortante, desasosiega nuestras triviales y prematuras convicciones. En fin, la riqueza y densidad de la conciencia, como también sus sutileza, no nos son dadas separadamente del acto por medio del cual nos adueñamos de la porción humana de nuestra herencia.

1 comentario:

  1. Por supuesto que lo que despierta el espíritu es la lectura en sus diversas modalidades, pero lectura, leer música imprescindible, leer arquitectura necesario, leer el lenguaje no verbal conveniente...pero todo es leer y esa lectura de lo que nos rodea y de quiénes nos rodean es primordial, es un mensaje primordial, hasta los monjes nos lo dejaron dicho y los capiteles románicos hablan...lo que ocurre que hemos perdido aquel saber tan extraordinario de saber leer los símbolos.


    Esto es muy necesario para aprender: " El contacto con otros espíritus, con su pensamiento extraño, duro y cortante, desasosiega nuestras triviales y prematuras convicciones", ¿si no tenemos con lo que comparar cómo se puede aprender?.

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